PINAR DE CARABAÑA-
VALLE DEL TAJUÑA
Salida 27 de Enero de
2013
Ruta: Circular. Recorrido:
9,5 km. Desnivel máximo: 160 m. Dificultad: Baja Duración: 3,5 horas.
Esta salida es algo novedosa. Vamos a visitar la zona
Este de la provincia de Madrid con un paisaje completamente diferente al que
estamos acostumbrados en nuestras visitas a la Sierra de Guadarrama, que
algunos podremos echar de menos. Ahora estaremos en plena submeseta castellano
manchega, en las proximidades de una de sus vegas más fértiles como es la cuenca del río Tajuña. La zona también es
llamada La Alcarria
de Alcalá.
El paisaje, ocre en sus cerros y verde en la vega, esta
condicionado por el tipo de suelo,
marcadamente calizo y con
abundancia de arcillas.
La vegetación es
la apropiada a estos suelos calcáreos y a su altura sobre el nivel del mar. Así
veremos el bosque original de la zona compuesto por quejigos, encinas,
esparteras, tomillo común, salvia, espliego, romero y jaras blancas entre otros. También veremos
pinos, pero prácticamente solo el pino carrasco y algún ejemplar de pino
piñonero, únicos capaces de adaptarse a estos suelos, especialmente el primero
y que proceden de antiguas repoblaciones artificiales como lo demuestran sus
troncos perfectamente alineados. Es un pino poco robusto y no muy alto con
tronco y ramas tortuosas. Su madera, de baja calidad, solamente se destinaba a
embalajes, encofrados de obra, otras aplicaciones secundarias o como
combustible. En su faceta agrícola, la vegetación, en los llanos que cruzaremos,
la componen olivos, muchos de ellos centenarios, almendros y cereales.
La fauna es variada y propia del entorno de Madrid. Destaca
el águila imperial, halcones, azores, zorros, pero sobre todo caza menor,
perdices conejos y liebres.
Durante la marcha, que será siempre por caminos
forestales o agrícolas, partiremos del
km. 16,8 de la carretera que une
Carabaña con Campo Real y
subiendo hasta el pinar por un camino perfectamente definido e
inicialmente asfaltado, pasaremos junto al Campo de Tiro Municipal y continuándolo
cruzaremos el pinar hasta llegar al fondo del pequeño barranco del Huevo Rodado
donde nos desviaremos a la izquierda por un camino menor, señalizado, durante
aproximadamente trescientos metros. Desde aquí podremos ver la entrada de la Cueva del Huevo Rodado. En
este punto giraremos a nuestra derecha y ascenderemos por una pendiente corta
pero pronunciada que nos conducirá, de nuevo, al camino inicial.
Al llegar al llano giraremos a la izquierda, siguiendo
las indicaciones, por un camino cubierto de grava. Ya estaremos en el monte propio
de esta zona con encinas, quejigos, tomillo y esparteras y otros matorrales. Un
kilómetro mas adelante, giraremos otra vez a nuestra izquierda y entraremos de
lleno en zona agrícola cubierta de olivares y fincas preparadas para el
sembrado de cereales. Setecientos metros después, frente a unas casas de labor,
abandonaremos el camino por la derecha para, siguiendo una senda, llegar hasta
las ruinas de lo que debió ser un aprisco de ganado y ver una vieja e interesante
choza de pastores totalmente construida en piedra. Aquí el tomillo es muy
abundante.
Volviendo al camino que traíamos lo retomaremos para mas adelante
girar de nuevo a nuestra izquierda, según también está señalizado, dejando a
nuestra derecha las casas de labor y seguiremos
por este tramo hasta llegar a las
proximidades de la carretera de Campo Real, donde tomaremos una senda a izquierda
hasta alcanzar el camino con el que iniciamos nuestra marcha .Bajando por el llegaremos
al punto de partida en pocos minutos.
LAS FOTOS DE ANTONIO FERNANDEZ
PINAR DE CARABAÑA- VALLE DEL TAJUÑA Salida 27 de Enero de 2013
(Descripción antes de la descubierta)
Esta salida es algo novedosa. Vamos a visitar la zona este de la provincia de Madrid con un paisaje completamente diferente al que estamos acostumbrados en nuestras visitas a la Sierra de Guadarrama, que algunos podremos echar de menos. Ahora estaremos en plena submeseta castellano manchega, en las proximidades de una de sus vegas más férti- les como es la cuenca del río Tajuña. La zona también es llamada La Alcarria de Alcalá.
El paisaje, ocre en sus cerros y verde en la vega, esta condicionado por el tipo de suelo, marcadamente calizo, donde domina también el yeso junto a arcillas, margas y conglomerados a veces conchíferos.
La vegetación es la apropiada a estos suelos y altura sobre el nivel del mar. Así veremos el bosque original de la zona compuesto por quejigos, encinas, algún enebro, tomillo común, salvia, espliego, romero y jaras blancas entre otros. También veremos pinos, pero prácticamente solo el pino carrasco (p. halepensis), no endémico sino procedente de repoblaciones artificiales antiguas, como lo demuestran sus troncos per- fectamente alineados y otros nacidos naturalmente a partir de los primeros. Este pequeño bosque es el cen- tro de nuestra salida.
La fauna es variada y propia del entorno de Madrid, destaca el águila real, azores, zorros, pero sobre todo caza menor, conejos y liebres.
Desde el punto de vista ecológico esta marcha nos hará reflexionar sobre la relación entre el hombre y su necesidad de subsistencia, con el entorno natural, al ir robándole al monte allí donde podía, pequeñas o grandes parcelas, para transformarlas en agrícolas. Así veremos pequeñas fincas de forma irregular en cla- ros del monte, más o menos llanos. El bosque que visitaremos tampoco era endémico de la zona.
Pero este esta salida tiene otros atractivos, así, al bordear la mancha forestal vamos a ver olivares, algu- nos con ejemplares muy antiguos, que proporcionan un aceite de gran calidad, que le ha hecho famoso, viñas y otras zonas dedicadas al cultivo de cereales. De su huerta a lo largo de la vega del Tajuña, que esta vez no visitaremos, son muy apreciados especialmente sus que dejan madurar en la mata hasta el final.
El pueblo de Carabaña fue muy conocido a finales del siglo diecinueve y principios del veinte, aunque por el mismo motivo ya lo era desde la época romana, debido a su mítica agua mineral, recomendada, to- davía no hace muchos años, por su poder laxante y al ser rica en sales también por su producción de jabón. Algunos médicos de Madrid la recetaban casi como medicina.
A pesar de que este pueblo existe desde mucho antes que los romanos invadieran nuestra península histó- ricamente el pueblo no ofrece gran interés, pero como en todas partes siempre hay algún monumento inte- resante, como es un ara romana, su puente, su pila bautismal de origen medieval, la iglesia del siglo XVI ,algún palacete, una fuente de piedra de ña epoca de Carlos III y sobre todo sus casas-cueva excava- das directamente sobre el desnivel del terreno.
Durante la marcha, que será siempre por caminos forestales o agrícolas, partiremos de la Plaza del Ayun- tamiento y saliendo del pueblo subiremos hasta el pinar que cruzaremos y también el pequeño Barranco del Huevo Rodado para después rodear ambos, ahora entre olivares y fincas de labor, volviendo al punto de partida.
También merece la pena llamar la atención sobre la vía verde que iremos viendo a nuestra izquierda du- rante la última parte del trayecto desde el pueblo de Perales de Tajuña, aunque comienza en Arganda. Esta vía ocupa el antiguo trazado del ferrocarril del Tajuña, mas conocido por el tren de Arganda “que pita mas que anda” y que partía de Madrid, su estación de origen estaba detrás del actual barrio del Niño Jesús y llegaba hasta Alocén, en Guadalajara, después de pasar enArganda del Rey sobre el río Jarama y que uti- lizaron muchos madrileños, hasta 1953, para pasar algún domingo de baño, tortilla y hormigas. Pero esta es otra historia o quizá otra salida.
El paisaje, ocre en sus cerros y verde en la vega, esta condicionado por el tipo de suelo, marcadamente calizo, donde domina también el yeso junto a arcillas, margas y conglomerados a veces conchíferos.
La vegetación es la apropiada a estos suelos y altura sobre el nivel del mar. Así veremos el bosque original de la zona compuesto por quejigos, encinas, algún enebro, tomillo común, salvia, espliego, romero y jaras blancas entre otros. También veremos pinos, pero prácticamente solo el pino carrasco (p. halepensis), no endémico sino procedente de repoblaciones artificiales antiguas, como lo demuestran sus troncos per- fectamente alineados y otros nacidos naturalmente a partir de los primeros. Este pequeño bosque es el cen- tro de nuestra salida.
La fauna es variada y propia del entorno de Madrid, destaca el águila real, azores, zorros, pero sobre todo caza menor, conejos y liebres.
Desde el punto de vista ecológico esta marcha nos hará reflexionar sobre la relación entre el hombre y su necesidad de subsistencia, con el entorno natural, al ir robándole al monte allí donde podía, pequeñas o grandes parcelas, para transformarlas en agrícolas. Así veremos pequeñas fincas de forma irregular en cla- ros del monte, más o menos llanos. El bosque que visitaremos tampoco era endémico de la zona.
Pero este esta salida tiene otros atractivos, así, al bordear la mancha forestal vamos a ver olivares, algu- nos con ejemplares muy antiguos, que proporcionan un aceite de gran calidad, que le ha hecho famoso, viñas y otras zonas dedicadas al cultivo de cereales. De su huerta a lo largo de la vega del Tajuña, que esta vez no visitaremos, son muy apreciados especialmente sus que dejan madurar en la mata hasta el final.
El pueblo de Carabaña fue muy conocido a finales del siglo diecinueve y principios del veinte, aunque por el mismo motivo ya lo era desde la época romana, debido a su mítica agua mineral, recomendada, to- davía no hace muchos años, por su poder laxante y al ser rica en sales también por su producción de jabón. Algunos médicos de Madrid la recetaban casi como medicina.
A pesar de que este pueblo existe desde mucho antes que los romanos invadieran nuestra península histó- ricamente el pueblo no ofrece gran interés, pero como en todas partes siempre hay algún monumento inte- resante, como es un ara romana, su puente, su pila bautismal de origen medieval, la iglesia del siglo XVI ,algún palacete, una fuente de piedra de ña epoca de Carlos III y sobre todo sus casas-cueva excava- das directamente sobre el desnivel del terreno.
Durante la marcha, que será siempre por caminos forestales o agrícolas, partiremos de la Plaza del Ayun- tamiento y saliendo del pueblo subiremos hasta el pinar que cruzaremos y también el pequeño Barranco del Huevo Rodado para después rodear ambos, ahora entre olivares y fincas de labor, volviendo al punto de partida.
También merece la pena llamar la atención sobre la vía verde que iremos viendo a nuestra izquierda du- rante la última parte del trayecto desde el pueblo de Perales de Tajuña, aunque comienza en Arganda. Esta vía ocupa el antiguo trazado del ferrocarril del Tajuña, mas conocido por el tren de Arganda “que pita mas que anda” y que partía de Madrid, su estación de origen estaba detrás del actual barrio del Niño Jesús y llegaba hasta Alocén, en Guadalajara, después de pasar enArganda del Rey sobre el río Jarama y que uti- lizaron muchos madrileños, hasta 1953, para pasar algún domingo de baño, tortilla y hormigas. Pero esta es otra historia o quizá otra salida.
Quegigo bonsonizado
riqueza y colorido de los musgos
Cabaña de piedra
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